TIPOS DE AZÚCAR


AZÚCARES AÑADIDOS

El azúcar añadido es el azúcar libre que ha sido adicionado al alimento/producto durante su producción (industria), preparación (cocineros) o en el momento de consumo (cuando añadimos azúcar al café, por ejemplo).

¡Ah! y no nos confundamos. Aunque a los zumos o licuados de frutas no llevan azúcar añadido, contienen una elevada cantidad de azúcar libre, dado que la fruta no está íntegra y no mantiene su matriz alimentaria.

El azúcar añadido es el azúcar libre que ha sido adicionado al alimento/producto durante su producción (industria), preparación (cocineros) o en el momento de consumo (cuando añadimos azúcar al café, por ejemplo).

¡Ah! y no nos confundamos. Aunque a los zumos o licuados de frutas no llevan azúcar añadido, contienen una elevada cantidad de azúcar libre, dado que la fruta no está íntegra y no mantiene su matriz alimentaria.

INTRÍNSECOS (ALIMENTOS FRESCOS Y SIN PROCESAR)

Son todos aquellos azúcares presentes en los alimentos frescos y sin procesar que no contengan etiquetado ni ningún ingrediente añadido. Estos son los azúcares presentes en las frutas de forma natural (manzanas, naranjas, plátanos…) y la lactosa de los lácteos. 

El azúcar intrínseco no es perjudicial porque va acompañado de todos los componentes del alimento sin procesar. Un ejemplo de ello es la fibra de la fruta, que retrasa la absorción de este azúcar y evita que aparezca de forma rápida en la sangre. Esta fibra es responsable también de aumentar la saciedad y ayudarnos a no excedernos en la ingesta energética. Por otra parte, los componentes antioxidantes y antiinflamatorios evitan que el azúcar provoque daños, y sus vitaminas y minerales ayudan al buen funcionamiento de nuestro organismo.

Son múltiples las evidencias que demuestran que los alimentos reales, por muy ricos que sean en azúcar, no tienen ninguna relación con enfermedades crónicas no transmisibles, debido a sus numerosos beneficios.

Se debe tener en cuenta que los azúcares intrínsecos van acompañados de otros nutrientes que son muy beneficiosos para la salud. Como por ejemplo la fibra, las vitaminas y los minerales. También los compuestos orgánicos que están presentes en estos grupos de alimentos. Estos son los antioxidantes, por ejemplo, que tienen un papel muy beneficioso para nuestro organismo. Se debe tener en cuenta que los azúcares intrínsecos van acompañados de otros nutrientes que son muy beneficiosos para la salud. Como por ejemplo la fibra, las vitaminas y los minerales. También los compuestos orgánicos que están presentes en estos grupos de alimentos. Estos son los antioxidantes, por ejemplo, que tienen un papel muy beneficioso para nuestro organismo.


 AZÚCAR LIBRE
 (PURÉS, ZUMOS CASEROS RECIÉN EXPRIMIDOS Y MIEL)

Los “azúcares libres” incluyen todos los mono y disacáridos agregados por el fabricante, el cocinero o el consumidor, así como los azúcares que están presentes de forma natural en las frutas y verduras cuando se procesan en zumos y purés. También se incluye aquí el azúcar de la miel.

Este último es un alimento lleno de controversias, ya que es difícil encontrarlo sin que esté altamente procesado y adulterado con siropes añadidos, de ahí las diferencias de precio entre unas mieles y otras.
Cuando hablamos de miel real, los estudios encuentran beneficios.
El zumo casero de frutas (el recién exprimido) tampoco se asocia con problemas si se consume dentro de un patrón basado en comida real.

De hecho, su consumo se asocia a una mejor calidad general de la dieta, aunque la prioridad es
siempre la fruta entera. En todo caso, es mejor consumirlo con algún alimento sólido. Otros zumos también muestran efectos interesantes sobre la salud, como por ejemplo el zumo de tomate37,
que es beneficioso para el síndrome metabólico por su contenido en compuestos antioxidantes y antiinflamatorios como el licopeno. A pesar de esto, tanto la miel como el zumo son alimentos
complementarios y, por tanto, no obligatorios para obtener un buen estado de salud. Por tanto, la
recomendación sobre su consumo dependerá del contexto particular de cada persona. Si deciden consumirse, debe tenerse en cuenta su elevada densidad energética y su bajo poder saciante, lo que puede contribuir a crear un superávit calórico que nos lleve a engordar fácilmente. En todo caso, pueden ser alimentos interesantes en un contexto de alta actividad física, ya que las necesidades energéticas son más elevadas y, por tanto, el margen para introducir kilocalorías a partir de alimentos complementarios, como estos, es mayor. Si, por el contrario, el contexto es de sedentarismo,
habría que priorizar otros alimentos y, lógicamente, hacer ejercicio.




















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